jueves, 20 de octubre de 2022

Aterido

 Me siento rodeado, afligido. Solo quiero dormir hasta un día en que mágicamente me sienta mejor, perfectamente a sabiendas de que nunca ocurrirá tal cosa. Nada de lo que hago es excelente, no es ni siquiera suficiente, tampoco lo he intentado lo suficiente. Siento que me atacan por todos los flancos, mis filas se hallan hambrientas, débiles, faltos de entrenamiento, esperanza y valor.

Este sentimiento de inutilidad y parálisis simplemente no me abandona, no puedo dejar de sentir miedo, tanto miedo de intentar algo y que no salga como debe. El más mínimo error me hace querer llorar. Pero esto lo sé solo yo, yo y nadie más.

Me duele el cuello y la cabeza, me duelen mucho y el dolor no se detiene ¿Qué maldita posición debo tomar para por fin sentirme bien? ¿Cuántas malditas almohadas ortopédicas debo probar para dejar de sentir este pesar? Irónicamente la mejor posición que he encontrado ha sido boca arriba y sin almohada, pero no pasa mucho sin que el reflujo gástrico empiece a causar estragos en mi pecho y a molestar también. Cómo odio esto, es como si no solo haya salido defectuoso mentalmente, sino también físicamente, daña demasiado el poco orgullo que me queda. 

Ya no me quedan fuerzas para hablar de esto con los demás, tampoco para escucharlos a ellos. He caído profundo, la apatía adora acompañarme en estos momentos. Hay un vacío más extenso bajo mío, sin embargo no siento gratitud por no haber caído más bajo, acabo de despertar de una siesta y estoy cansado, muy cansado y aterrado de vivir.



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